lunes, 3 de noviembre de 2008

A toda velocidad





Puede ser muy agradable andar a toda velocidad, pero también tiene sus riesgos. En la vida nos sucede que muchas veces andamos tan a prisa que nos perdemos los detalles. También nos puede pasar que de tan rápido que andamos seguimos de largo y terminamos perdidos y lejos del lugar donde queríamos llegar. ¿Cómo podemos evitar estas situaciones? Dios tiene la respuesta para nosotros:


"Así dice el Señor: Deténganse en los caminos y miren; pregunten por los senderos antiguos. Pregunten por el buen camino, y no se aparten de él. Así hallarán el descanso anhelado. Pero ellos dijeron: No lo seguiremos." (Jeremías 6:16) (Nueva Versión Internacional)



Antes de seguir imprudentemente por la carretera de la vida, Dios nos da cuatro consejos:



1. Detente!!


El mundo corre alocadamente y la gran mayoría ni siquiera sabe a donde va. Lo trágico será terminar irremediablemente en el lugar equivocado. Usa los frenos, no sigas sin dirección, sin un plan de ruta o terminaras totalmente extraviado.


“Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte.” (Proverbios 14:12)



2. Observa!!


Mirar, observar, considerar… nos puede brindar una perspectiva diferente de las cosas que si tan solamente andamos a las corridas. Dios desea que analicemos la situación y que consideremos las consecuencias de nuestras decisiones.



3. Pregunta!!


¿Cuál es el buen camino?


Nos preocupamos por saber tantas cosas sin embargo lo más importante a veces queda a un lado. El buen camino no es el más fácil, el más corto o el que más me gusta, sino el que me lleva a un buen destino.
Quiero decirte que Dios tiene un buen destino para ti, y quiere mostrarte el camino:


“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14: 6)

Se dice que “todos los caminos conducen a Roma” pero al cielo hay uno sólo y se llama Jesucristo”.

4. No te apartes.


Con saber cual es el buen camino no es suficiente, debemos transitarlo sin apartarnos de él.



Pero… El hombre siempre tiene un pero. Muchos se detienen, miran, preguntan y a la hora de tomar una decisión se justifican detrás de un pero. Esta todo bien, pero....“No lo seguiremos.”



Muchas veces nuestro orgullo nos impide aceptar la ayuda y la guía de Dios. “No necesito, yo estoy bien así”. Esta es la voz de nuestra autosuficiencia y es nuestra mayor limitación pensar que lo podemos lograr por nuestra cuenta.


Tal vez nos sintamos tentados en pensar "yo soy libre de hacer lo que me parece" pero tener licencia de conducir no quiere decir que podamos transgredir las normas de transito…Cuidado con el exceso de velocidad, porque te puede sacar del camino.

2 comentarios:

luis dijo...

Muy buen mensaje. PARA PENSARLO!!! pero sobre todas las cosas, PARA APLICARLO!!!

Sin vuelta dijo...

Gracias amigo!!