martes, 23 de agosto de 2011




El paleontólogo y el esqueleto










El profesor de paleontología de cierta universidad decidió dar una clase práctica a sus alumnos en el mismo sitio donde ya él tenía parcialmente desenterrado el esqueleto de un pequeño dinosaurio. Muchos estudiantes de pelo largo y muchas alumnas deseosas de aprender, le estaban prestando una indivisible atención al profesor, a medida que él explicaba las técnicas seguidas en su excavación.
De pronto uno de los estudiantes alzó la voz y dijo: "Profesor, ese no es un verdadero esqueleto. Eso es simplemente una formación calcárea debida a la erosión del agua sobre la piedra a través de millones y millones de años." Algunos estudiantes exclamaron: "¡Eso no puede ser!", y otros dijeron "¡Tal vez tiene razón!".
El profesor, que no podía disimular su indignación ante lo que consideraba un atrevimiento y una estupidez de su estudiante, le respondió: "Estos huesos, aunque no han sido 100 % bien preservados, tienen muchos detalles y características que nos hacen ver que no pueden haber sido el producto de la casualidad y la erosión. Observe este fémur; su epífisis muestra una superficie perfectamente formada para constituir una coyuntura con el próximo hueso. Las apófisis y otros puntos de inserción para los tendones y músculos nos hace ver que hubo carne. Los canales de nutrición del hueso, que usted mismo puede observar, nos hablan de algo organizado, no de la casualidad de la erosión a través del tiempo. Lo que aquí observamos es algo demasiado complejo y bien organizado para que haya sido formado por casualidad debido a la erosión del agua. Pensar así es pura estupidez."
El estudiante que había arrojado dudas sobre si los huesos eran producto de la erosión o no, pidió permiso para responder, y dijo: "Profesor, hace un par de semanas usted nos dijo que no solamente los esqueletos, sino el cuerpo entero de los dinosaurios, que es mucho más complicado que su esqueleto, se había formado por casualidad, a través de millones y millones de años, gracias a la evolución. Hoy yo enarbolo el mismo argumento que usted me enseñó entonces, y usted lo rechaza y lo califica de pura estupidez. El animal entero tiene más detalles y características que los que tiene ese esqueleto, y es mucho más complejo que estos huesos secos; sin embargo, usted me quiere hacer creer a mí y a todos nosotros que los dinosaurios se formaron por casualidad, a la suerte, a través de millones y millones de años. Según usted, los huesos que nos está mostrando no pudieron ser formados por casualidad, pero el animal entero, con ojos, cerebro, corazón, arterias, estómago, etc., sí pudo haberse formado por casualidad. Yo no veo lógica ni ciencia en todo esto, sino solamente dogmatismo cientificoide."
"El problema - dijo el profesor - es que usted es un fanático religioso que no puede entender la ciencia."
"No, profesor - replicó el estudiante - yo estoy aplicando los mismos argumentos y raciocinio que usted usó para explicar el origen de los animales. Si esos argumentos no son científicos, o si son pura estupidez, no es mi culpa, yo los aprendí en su clase de paleontología."
Esa es la pura verdad. Los mismos argumentos y "razonamientos" que algunos usan para negar la creación de Dios, son buenos para negar sus propias hipótesis evolucionistas sobre el origen de la vida. En estos casos se puede aplicar lo que dijo Nuestro Señor Jesucristo:
"Por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado" ( Mt 12: 37 )

jueves, 8 de julio de 2010


Amigos por siempre Amigos por siempre Amigos por siempre Amigos por siempre Amigos por siempre amigos por siempre Amigos por siempre Amigos por siempre

"En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia." (Proverbios 17:17)


“El mejor amigo es aquel que te acerca más a Dios”


Mas allá de fechas y celebraciones, el “verdadero espíritu de la amistad” se manifiesta en procurar el bienestar de quienes nos rodean. Por eso el mejor amigo fue y sigue siendo Cristo, ya que Él por amor a nosotros ocupó el lugar que merecíamos en la cruz dándonos aquello que nunca lograríamos con nuestros propios esfuerzos “la vida eterna” y a pesar de que en “otro tiempo” éramos enemigos de Dios, por causa de nuestra triste y lamentable condición de pecadores, ahora fuimos reconciliados por medio de Jesucristo. (Romanos 5:10, Colosenses 1:21 )

Abraham se hizo “amigo de Dios” por medio de la fe, y hoy tú también puedes llegar a serlo recibiendo en tu corazón a aquel que, por amor a nosotros, entregó su vida en rescate por la nuestra, él se llama Jesús, y es el “fiel amigo” que nunca nos decepcionará.

“Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer. No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. Esto os mando: Que os améis unos a otros.” (Juan 15:12-17)

"Si eres amigo de Dios entonces también eres mi amigo."

Gracias a todos aquellas personas que han estado a mi lado en las buenas y en las malas; les deseo a todas ellas muchas felicidades en el día del amigo. Leonardo

viernes, 7 de mayo de 2010

El peligro del autoengaño

“El auto-engaño es una práctica común y peligrosa porque nos aleja de la realidad hacia un decorado identificado por nuestra mente como real. Y el precio que pagamos por vivir en la mentira es muy alto. Las guerras, salpicadas de auto-engaño, son la peor consecuencia derivada de esta práctica tan habitual.” (El Autoengaño ¿una adaptación evolutiva? Conferencia de Professor Robert L. Trivers 3 de Mayo, 2007)

La humanidad está extraviada pero su orgullo y autosuficiencia la lleva a no reconocerlo; se ha engañado a si misma creyendo poseer la habilidad de librarse de sus propios males y errores.

Pero en medio de tanta confusión sólo el Evangelio tiene buenas noticias, “¡Jesucristo vino a salvar lo que se había perdido!”

Él es el único Salvador y nosotros necesitamos ser salvados; sin embargo nuestro orgullo nos puede privar de recibir lo que Él ha provisto para nosotros.

Es como el protagonista de una película de acción que sin saberlo entró en arenas movedizas, y al darse cuenta de su infortunio, intenta con todas sus fuerzas salir de allí. Trágicamente son sus propios movimientos lo que lo terminan hundiendo aún más.

Ahora, se imaginan a este pobre hombre rechazando toda ayuda argumentando: "yo puedo solo, no se preocupen, tengo mi propio método para salir de este tipo de situaciones”, o bien diciendo "tengo todo bajo control... estuve leyendo un libro de autoayuda!!".

Vaya necedad dirán muchos, pero pregunto... ¿No ha sido así la historia de la humanidad y aún lo sigue siendo?

¿No se ha engañado el hombre a través de todos los tiempos pensando que en el fondo somos buenos y que de alguna manera por nuestros propios medios vamos a encontrar todas las respuestas y soluciones?

¿Cuándo caemos en la trampa del autoengaño?

La Biblia nos advierte que caemos en esta trampa cuando...

Cuando confiamos en nuestra sabiduría.

“Nadie se engañe a sí mismo; si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio.” (1 Corintios 3:17-19)

Cuando creemos ser más importantes que los demás.

“Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña.” (Gálatas 6:2-4)

Cuando creemos que no hay consecuencias por lo que hacemos.

“No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” (Gálatas 6:6-8)

Cuando creemos que con escuchar un buen sermón es suficiente.

“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.” (Santiago 1:21-23)

Cuando creemos que con profesar una religión es suficiente.

“Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana.” (Santiago 1:25-27)

Cuando pensamos que somos perfectos y no cometemos errores.



"Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros." (1 Juan 1:8)

¿Cómo podemos escapar de esta trampa mortal?

En primer lugar reconocer que el problema no está afuera, sino dentro de nuestro corazón.

“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.” Jeremías 17:8-10

En segundo lugar debemos pedir la ayuda a aquel en quien está el poder para darnos la salida.

“... porque en Dios está el poder, o para ayudar, o para derribar.” 2 Crónicas 25:7-9

“... Y clamó Asa a Jehová su Dios, y dijo: !!Oh Jehová, para ti no hay diferencia alguna en dar ayuda al poderoso o al que no tiene fuerzas! Ayúdanos, oh Jehová Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos...” (2 Crónicas 14:10-12) (Ver también 2 Crónicas 20)

No te engañes, sólo en Cristo encontrarás la ayuda que tanto necesitas. Cuando lo reconozcas como tu único y suficiente salvador y te encomiendes a Él cada día, guiará tus pasos, te librará de toda aflicción, será tu refugio en medio de las tormentas y te libertará de todo temor. Su promesa para ti es: "no te dejaré, ni te desampararé porque estaré a tu lado siempre". Bendiciones.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Al Dios no conocido

Vivimos en un tiempo en que tenemos mucha información pero poco conocimiento. Muchos creen en la existencia de Dios porque poseen cierta "información" acerca de Él, pero sin embargo no lo conocen personalmente.

Según algunas estadísticas el 90% de la población en el mundo , de una o de otra manera, creen en la existencia de un ser superior llamado Dios; sin embargo una gran parte de estos creyentes no lo conocen.

Adoradores de un Dios desconocido
La Biblia nos relata la ocasión en que el apóstol Pablo se encontraba en Atenas predicando el Evangelio de Jesucristo a sus habitantes. Los griegos no sólo se jactaban de ser los intelectuales de la época sino también de ser muy religiosos, al punto de que entre la innumerable cantidad de dioses que poseían había uno con una inscripción que decía al “Dios no conocido”.

“Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.” (Hechos 17:22-23)

Pablo pudo ver más allá de la aparente erudición de los atenienses y de su fervor religioso, vio la gran necesidad espiritual en que se encontraban. Necesitaban conocer a Dios.
En la actualidad las cosas no son muy diferentes. Es innumerable la cantidad de religiones que existen en el mundo y cada una de ellas, trata de dar respuestas a las necesidades espirituales de sus fieles, brindadoles una gran cantidad de información, sin embargo son muchos los que siguen adorando al "Dios no conocido".

Verdaderos adoradores
Alguien dijo que Dios no busca “adoración” El busca “adoradores”. Esta verdad es la que Jesús le expreso a una mujer Samaritana.

“Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren." (Juan 4: 21-24)

Esta mujer profesaba una religión sin conocer a Dios en espíritu y en verdad. Sin embargo se encontró con Jesús y todo cambio.

De oídas te había oído
La Biblia nos relata la historia de Job. Este hombre llevaba una vida piadosa y tenía buena reputación no sólo entre los hombres sino también ante Dios.
Sin embargo y después de haber atravesado circunstancias muy difíciles, Job admite que mucho de lo que sabía de Dios era lo que había escuchado pero no las había experimentado de manera personal.

“Respondió Job a Jehová, y dijo: Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti.
¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; te preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven.” (Job 42:1-5)

El camino para conocer a Dios

Dios desea que podamos conocerle pero la única manera de hacerlo es a través de Jesucristo. No hay otro camino, no hay otra verdad, no hay otro medio.


“Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?” (Juan 14: 6-9)


El conocimiento de Dios es la gloria del hombre
Vivimos en una sociedad en que el éxito se mide en términos de habilidades, posesiones o grado académico de una persona, sin embargo Dios se agrada de aquel que lo conoce.

“Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.” (Jeremías 9: 23-24)


Conocer para confiar y confiar para conocer
Es necedad confiar en lo que no se conoce, pero es imposible no confiar en Dios cuando lo llegamos a conocer.

“En ti confiarán los que conocen tu nombre, Por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron.” (Salmos 9:10)

¿Conoces tú a Dios? ¿Has experimentado su poder? Este es el tiempo de Dios para ti, entrégale tu vida y permite que el Espíritu Santo te llene de su presencia, conoceras a Dios en forma personal y entonces podras adorarlo en espíritu y en verdad.

martes, 21 de abril de 2009

¿Fuego o cenizas?

“…te aconsejo que avives el fuego…” (2 Timoteo 1:6)

El altar de nuestro corazón puede ser un lugar donde habite el fuego del Espíritu Santo. Sin embargo corremos el riesgo que por negligencia, en ese altar en lugar de fuego sólo haya un montón de cenizas.

La Biblia nos relata que el sacerdote del antiguo pacto tenía una responsabilidad ineludible cada mañana:

“Y el fuego encendido sobre el altar no se apagará, sino que el sacerdote pondrá en él leña cada mañana, y acomodará el holocausto sobre él, y quemará sobre él las grosuras de los sacrificios de paz. El fuego arderá continuamente en el altar; no se apagará.” (Levítico 6:12-13)

Es nuestra responsabilidad mantener el fuego avivado.

Si bien el fuego había sido encendido por Dios, era la responsabilidad del sacerdote mantenerlo avivado para que no se extinguiera. Para ello, debía en primer lugar retirar las cenizas y luego colocar leña nueva sobre el altar. De igual manera debemos mantener “avivado” el fuego de nuestra devoción a Dios, eso significa que si el cristianismo que profesamos no es algo más que una reunión social, este fuego pronto se ahogara. Es por eso que el Apóstol Pablo le recomienda a Timoteo mantener una fe ardiente:

“Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día; deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de gozo; trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” (2 Timoteo 1:3-7)

viernes, 28 de noviembre de 2008

El amor es...


Amor…esta es una palabra muy utilizada sin embargo no siempre se entiende el significado real y profundo que tiene. Muchos fueron los que intentaron, a través del tiempo, definirla de innumerables maneras. Pero ¿Que nos dice la Biblia sobre el antiguo tema del amor?

“Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.” (1 Juan 4:7-12)

Que preciosa y profunda revelación ¡Dios es amor!

El amor no es emoción, pasión o sentimentalismo, es mucho más que todo eso. Pablo describe vividamente lo que es el amor:

“Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño. Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.” (1 Corintios 13)

Este amor supremo e inigualable requiere de nosotros compromiso. Si consideramos la siguiente cita bíblica podemos notar tras acciones a seguir con relación al amor:

“Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.” (1 Juan 4:16)

Primero debemos conocer el amor de Dios manifestado en la persona de su Hijo Jesucristo, luego debemos creer en que somos objeto de ese amor ya que el dio su vida por nosotros; y por ultimo debemos permanecer en su amor.

El Apóstol Juan podía dar fe de que junto con los otros discípulos habían conocido, creído y permanecido en el amor de Dios ¿Puedes tú decir lo mismo? ¿Has conocido y experimentado el amor de Dios en tu vida?

Si tu respuesta es no, quiero invitarte a que creas en Jesucristo como el Hijo de Dios hecho hombre, que lo recibas en tu corazón y que busques un lugar donde compartir tu nueva fe con otras personas para que te ayuden a permanecer en el amor de Dios. Bendiciones!!



lunes, 24 de noviembre de 2008

Mis ovejas oyen mi voz

“Las ovejas son criaturas inteligentes y tienen más capacidad de lo que la gente está dispuesta a atribuirles” (Portavoz de la British National Sheep Association.)



“Las ovejas son animales gregarios, dulces y sensibles, emocionalmente complejos y muy inteligentes, establecen relaciones íntimas con sus crías y otros miembros de su especie ya que permanecen en sus grupos para protegerse de los depredadores. A las ovejas les encanta el contacto físico y que las acaricien.
Según un reciente estudio publicado en la revista Nature por Keith Kendrick profesor de la Universidad de Greshman de Londres, las ovejas pueden distinguir entre las diferentes expresiones de otros animales pudiendo detectar los cambios en los rostros, también descubrió que pueden reconocer y distinguir entre al menos 50 individuos diferentes y recordar acontecimientos e imágenes durante un periodo de hasta dos años. Las ovejas no olvidan fácilmente lo que hace que puedan recordar y revivir una situación traumática durante mucho tiempo. Según este estudio "las ovejas pueden ser capaces de usar el mismo sistema para recordar y responder emocionalmente a las imágenes de individuos ausentes que los humanos. Otro estudio realizado esta vez por el profesor John Webster de la Universidad de Bristol indica de que al igual que los humanos, expresan emociones de manera visible. Cuando expresan estrés por ejemplo, muestran señales de depresión al igual que los nosotros. Las ovejas experimentan miedo cuando se les acerca un extraño o cuando son separadas de sus familias o grupos sociales con quienes establecen fuertes lazos emocionales. El corazón de las ovejas late más rápido cuando no pueden ver a miembros de su grupo lo que es un claro indicativo de miedo.”

Las ovejas requieren de muchos cuidados. Suelen extraviarse con facilidad porque tienen un pésimo sentido de orientación; si no se las guía al lugar donde hay buenos pastos, pueden morir de hambre; si se lastiman no se sanan rápidamente; si alguna de ellas cae a un pozo, hay que ayudarlas a salir porque no lo pueden hacer por sus propios medios, y para colmo, suelen ser presa fácil de los depredadores.

Guía y protector
Por eso, con toda razón, podemos decir que el pastor es la persona más importante en la vida de las ovejas. Sin un pastor, las ovejas están perdidas.
Es pastor el que las conduce hacia donde se encuentra su alimento; sana sus heridas producidas por los espinos venenosos; cuida que no caigan en algún poso y si lo hacen, él las saca con su cayado; no permite que se aparten de las demás y su presencia les brinda la seguridad que necesitan ahuyentando a las fieras que se acercan peligrosamente al rebaño.

El rey David, cuando joven, pastoreaba las ovejas de su padre. Conocía bien todas las necesidades que ellas tenían, como así también de los cuidados que el debía proporcionarles. Es precisamente en este contexto, en que Dios se revela a David como su pastor, aquel que podía brindarle todo lo que él necesitaba.

“Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días.” (Salmos 23)

Jesús, el buen pastor
Jesús censuro duramente la los lideres religiosos de su época que considerándose a si mismos los “pastores” de Israel, solo buscaban posición y prestigio, pero para nada les importaba suplir las necesidades espirituales del “rebaño del Señor”. El Apóstol Juan, relata en el Evangelio que lleva su nombre, lo mucho que esto molestaba a los saduceos y fariseos, más aun cuando Jesús toma para si el título de “buen pastor”, dispuesto a “dar su vida por las ovejas”.

Buenos oídos
Las ovejas saben distinguir la voz de su pastor. No seguirán al extraño, porque saben quien es el que las cuida. Hoy, son muchas las voces que se levantan a nuestro alrededor, sin embargo, solo hay una voz que debemos aprender a distinguir para seguirla, es la voz de Jesús hablando a nuestro corazón.

Seguir a Jesús
El cristianismo es seguir a Jesús. Para muchos, el cristianismo, no es más que una de las tantas religiones que existen en el mundo, pero solo Jesús puede ofrecernos “vida eterna”. Solo en él tenemos la seguridad de una vida incorruptible.

El Evangelio es la buena noticia de que Dios, sin dejar de ser Dios se vistió de humanidad en la persona del Hijo para venir a ocupar nuestro lugar en la cruz. En otras palabras, Jesús, sin dejar de ser “el buen pastor”, se ofreció a si mismo como “el cordero” de Dios que quita el pecado del mundo. Solo él pudo hacer lo que para nosotros era imposible…salvarnos de nuestros pecados. Solo Jesús fue llevado como “oveja al matadero”. Solo Jesús fue colgado de la cruz para poder decir “consumado es”. Por lo tanto la obra de salvación le pertenece solo a él.

Todavía no entiendes lo que hizo por ti? Todavía no has podido distinguir su voz llamándote y diciéndote lo mucho que te ama?

“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.” (Juan 10:27-28)

Si abres hoy tu corazón y te decides a seguirlo te proporcionara salvación, guía y protección. Bendiciones!!

viernes, 21 de noviembre de 2008



En las manos del alfarero

En las manos del alfarero el barro toma la forma deseada, su habilidad para crear es insuperable.

Lo que pocos saben, es lo que cuesta preparar el barro para dejarlo en las condiciones apropiadas para ser modelado. Una vez en el horno, la vasija deberá resistir altas temperaturas para convertirse luego en un vaso útil y resistente.

“La arcilla es un elemento que, al aplicársele agua, se convierte en dúctil y maleable. Las formas que se le confieren cuando está húmeda se conservan tras la desaparición del agua, haciendo de este material el más versátil de los que el hombre tiene a su alcance.”

La Biblia utiliza la figura del alfarero trabajando el barro para enseñarnos la manera en que Dios obra en la vida del hombre.

“Ésta es la palabra del Señor, que vino a Jeremías: Baja ahora mismo a la casa del alfarero, y allí te comunicaré mi mensaje. Entonces bajé a la casa del alfarero, y lo encontré trabajando en el torno. Pero la vasija que estaba modelando se le deshizo en las manos; así que volvió a hacer otra vasija, hasta que le pareció que le había quedado bien. En ese momento la palabra del Señor vino a mí, y me dijo: “Pueblo de Israel, ¿acaso no puedo hacer con ustedes lo mismo que hace este alfarero con el barro? —afirma el Señor—. Ustedes, pueblo de Israel, son en mis manos como el barro en las manos del alfarero.” (Jeremías 18:1-6)

El Alfarero.
El alfarero crea. Es un artista que hace de cada vasija una pequeña obra de arte. El diseño está en su corazón, además posee el conocimiento y las herramientas adecuadas para hacer su trabajo. Sabe lo que tiene que hacer y como.
Nosotros somos barro y Dios es el alfarero. El tiene la facultad de hacernos como él quiere, y aunque a veces nos cueste reconocerlo en sus manos es el mejor lugar donde podemos estar.

El barro.
Para el alfarero el barro es la materia prima para trabajar. En su estado “natural” el hombre es simplemente barro. La Biblia dice del hombre que Dios lo hizo del polvo de la tierra. No lo hizo de oro, tampoco de plata, bronce o hierro…lo hizo de barro y cuando está en las manos del alfarero, no se queja ni reclama, simplemente se deja modelar.

“¡Ay del que contiende con su Hacedor! ¡Ay del que no es más que un tiesto entre los tiestos de la tierra! ¿Acaso el barro le reclama al alfarero: ¡Fíjate en lo que haces! ¡Tu vasija no tiene agarraderas!?” (Isaías 45:9)

Dios es soberano, sabe lo que tiene que hacer. Cuando nos rebelamos contra Dios solo atraeremos dolor a nuestras vidas, pero cuando aceptamos su voluntad y dejamos que obre en nosotros el nos cambia de ser barro a ser vasijas que él pueda utilizar.

La vasija.
Para la elaboración de una vasija, el barro debe ser sometido a un largo proceso de preparación y purificación.
En su estado natural el barro contiene “durezas e impurezas” como así también pequeños globitos de “aire”. Todo esto se debe extraer para evitar que al momento del secado en el horno la vasija termine haciéndose pedazos.
Nunca seremos de utilidad para Dios si no pasamos por el debido proceso de preparación.
Las “durezas e impurezas” representan nuestra “incredulidad” y el “aire” nuestro orgullo. Dios tratara con ellas para que cuando llegue el momento en que tengamos que pasar a través del “calor” de las dificultades no terminemos siendo simplemente un montón de pedazos de algo que pudo ser una hermosa vasija.

Un tesoro en vasijas de barro.
Una vez que la vasija esta lista, el alfarero la coloca en un lugar donde puede llegar a pasar mucho tiempo hasta ser utilizada.
¡Vasija no te impacientes ya llegara el día en que requerirán tu servicio!
Pero cuando llegue ese día no te olvides que lo que te va a distinguir no será el material con el que fuiste formado sino tu contenido, porque Dios mismo te usara para poner en ti de su Espíritu Santo.

“Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros.” (2 Co.4:7)

No te conformes en pasar por la vida como simple barro cuando Dios tiene el propósito de hacer de ti una vasija para su gloria. Por eso quiero invitarte a que hoy te decidas a rendir tu vida en las manos del alfarero. Dios te bendiga!!

jueves, 20 de noviembre de 2008


Tiempos de descanso

No hay nada mejor que un momento de calma y descanso después de toda la tensión de un día agitado. Claro está que todos necesitamos ese momento de hacer un alto para reponer las fuerzas, sobre todo al acercarnos a esta altura del año.

Por fin vamos a poder tomarnos las vacaciones, y nada ni nadie impedirá que el “sueño dorado” del merecido descanso se haga realidad. Por supuesto, hemos tomado todos los recaudos necesarios, ya que todo el año fuimos guardando algunos pesitos para afrontar los gastos que ocasionará nuestro viaje a ese “hermoso lugar”, que elegimos después de varios recortes al “presupuesto”. Y de última, si vemos que la plata no alcanza, dejaremos algunas “cuentitas” para pagar a la vuelta.
Sin embargo y pese a todos los esfuerzos realizados, son pocos los que pueden lograr encontrar el descanso anhelado. Lo que sucede es que, aunque nos cueste reconocerlo, la tranquilidad que necesitamos no está en una lejana e inalcanzable isla del caribe, sino que está en una persona llamada “Jesucristo”.

“Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.” (Mateo 11:28) NVI

El descanso llega cuando cambiamos de actitud con relación a Dios.

Tratar de vivir de espaldas a Dios, se llama “pecado” y a medida que transcurre el tiempo, se transforma en una tremenda carga espiritual cada vez más difícil de soportar.

“Por tanto, para que sean borrados sus pecados, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios, a fin de que vengan tiempos de descanso de parte del Señor” (Hechos 3:19) NVI

Volvernos a Dios arrepentidos, es la única manera en la que vamos a obtener lo que tanto anhela nuestra alma. Bendiciones!!

viernes, 14 de noviembre de 2008


Gigantes y langostas

Las adversidades que enfrentamos a diario, muchas veces, pueden llegar a presentarse como verdaderos gigantes que tratan de impedirnos continuar adelante y al considerar nuestras fuerzas, nuestra capacidad o los recursos con los que contamos, pensamos que lograrlo es imposible.

“Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos.
Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros.
Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura.
También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.”
(Números 13: 30-33)

Entrar a poseer “la tierra prometida” representaba un desafió muy grande para el pueblo de Israel, tan grande que visto humanamente era imposible que lo lograran por su propia cuenta.

Probablemente si hubieran tenido la oportunidad de leer un libro de “autoayuda” no les habría servido de mucho, porque Dios había pensado que las cosas ocurran de esa manera para enseñarles que no confiaran en sus propias fuerzas, sino que aprendieran a depender de él en forma incondicional.

Sin embargo, diez de los doce espías que Moisés había enviado a reconocer la tierra, trajeron un pésimo informe acerca de cómo era aquel lugar. La gente al escuchar tan mala noticia se pasó toda aquella noche llorando y maldiciendo el día en que fueron liberados de Egipto, pensando que Dios estaba mal de la cabeza para pretender llevarlos a un lugar donde había tanto peligro.

En la tierra prometida había gigantes!! Vaya noticia. Por supuesto que había riesgos que enfrentar, pero Dios les había prometido que estaría con ellos. Pero en lugar de creer, dudaron de la bondad de Dios y de su poder, al punto en que permitieron que el miedo los dominara.

El “temor” cuando nos controla hace que veamos las cosas en forma sobredimensionada. Todo es más grande. Los problemas son más grandes, la noche es más oscura, la carga es más pesada y la distancia a recorrer es mas larga.
Israel vio a aquellos hombres de gran estatura con tanto temor que se sentían como insignificantes insectos delante de ellos:

“…y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.”

Ahora quiero decirte que “la tierra prometida” es figura de la “vida abundante” que solo tenemos en Cristo. Para disfrutarla no puedes permanecer en “Egipto” bajo esclavitud, ni tampoco puedes conformarte con decir “yo creo en Dios” y terminar la vida dando vueltas por el “desierto” de la incredulidad. Hasta el “diablo” cree “en” Dios, pero nosotros debemos creerle “a” Dios, esto significa aceptar, que los que él nos dice, es la verdad.

Seguramente cuando te decidas seguir adelante, te darás cuenta que habrá “gigantes” que quieran impedir que alcances la “plenitud” que tenemos en Cristo.

Entre los “gigantes” con los que nos vamos a enfrentar uno se llama “temor” y el otro “incredulidad”. Pero adelante!! Dios esta contigo:

“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” (Romanos 8:31)

¿Quieres ser un conquistador de todas las bendiciones que Dios tiene para tu vida?

No puedes pretender enfrentarte a los “gigantes” pensando que eres como una “langosta”. Dios quiere hacer de ti un verdadero conquistador y para ello simplemente debes depositar toda tu confianza en el Señor, él te dará de su Espíritu y serás “más que un vencedor”.

“Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.” (Romanos 8:37)

Bendiciones!!

martes, 11 de noviembre de 2008

Cuestión de imagen


“Tu eres más que una imagen” dice la portada de una página en Internet.

Aquí encontré muy buena información sobre todo para aquellos que están obsesionados con la imagen.
Cuando tenemos una excesiva preocupación por lo estético corremos el riesgo de volvernos personas superficiales y aun poner en riesgo nuestra salud.

Esta “obsesión” por vernos mejor puede llevarnos a recurrir a dietas “mágicas” o a ciertos fármacos que ayuden a acelerar el proceso de bajar kilos de más.


“Existen aproximadamente 600 productos en el mercado que se anuncian como “adelgazantes” pero que realmente no lo son. También las revistas de moda, la televisión, Internet… publican periódicamente dietas que prometen una rápida pérdida de peso sin mucho esfuerzo. Muchas veces este tipo de “dietas milagro” son elaboradas por personas sin conocimientos nutricionales específicos que buscan únicamente el beneficio económico. El bombardeo publicitario al que se ve sometida nuestra sociedad, hace que cada día aumente considerablemente el número de personas que inicia este tipo de dietas en busca de una solución rápida. Según un especial publicado por el periódico “El Mundo”, aproximadamente un 16 % de la población española (6 ,5 millones de personas) inicia una dieta en primavera. Aunque sólo un 22% de ellos lo hace bajo consejo médico. Este tipo de dietas suelen ser perjudiciales para la salud porque suponen una restricción importante de alimentos y una reducción excesiva de las calorías diarias.”

La necesidad de verse bien. Cuando reflexionemos acerca de la importancia de nuestro aspecto personal como transmisor de mensajes para quienes nos rodean, debemos considerar que la formación de una imagen en la mente de los demás no es opcional, sino un fenómeno al que no podemos sustraernos. Hagamos o no algo por transmitir determinados mensajes con nuestra apariencia, en todas formas lo vamos a hacer. Por ejemplo para una entrevista de trabajo la imagen es nuestra tarjeta de presentación; ella habla por nosotros mismos en ocasiones más alto y claro que el mejor de los currículos. Sin embargo nuestro aspecto deberá pasar a un segundo término tan pronto como tomemos asiento en la entrevista.

Más allá de las apariencias. No podemos restar importancia al cuidado que debemos brindarle a nuestra apariencia personal, sin embargo debemos tener cuidado con “los estereotipos” que muchas veces nos impone “el mercado de la belleza”. “La publicidad contribuye a que se asocie delgadez con belleza, elegancia y aceptación social, ayudando a crear y reforzar un estereotipo social, o idea que se asume como normal y válida para todos los miembros de una sociedad. Los anuncios presentan imágenes de personas que no corresponden con la realidad, y al comparar nuestra imagen con la de estos modelos es cuando nos sentimos insatisfechos con nuestro cuerpo.”

Cuando las apariencias engañan. En la Biblia encontramos, en el libro de 1 Samuel en el capítulo 16, la historia de la elección de David como el futuro rey del pueblo de Dios. Samuel, el profeta de Dios, había sido enviado a Belén para señal a quien sería el “escogido” para ocupar esta honrosa posición.

“Dijo Jehová a Samuel: ¿Hasta cuándo llorarás a Saúl, habiéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite, y ven, te enviaré a Isaí de Belén, porque de sus hijos me he provisto de rey.”

Samuel tenía precisas instrucciones al respecto. No existía margen de error debido a lo trascendente del acontecimiento.

“Y llama a Isaí al sacrificio, y yo te enseñaré lo que has de hacer; y me ungirás al que yo te dijere.”

Sin embargo Samuel se dejó engañar por las apariencias. Confió en su percepción y no esperó la guía del Señor. Esto le valió una reprensión:

“Y aconteció que cuando ellos vinieron, él vio a Eliab, y dijo: De cierto delante de Jehová está su ungido. Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.”

El juicio del hombre es superficial. Aun cuando creemos conocer a las personas podemos llevarnos una sorpresa. Dice el refrán “no todo lo que brilla es oro” haciendo referencia a que no es prudente dejarnos llevar por la apariencias.

También nos puede pasar que subestimamos a las personas debido a nuestros propios prejuicios. Esto es lo que le sucedió a Isaí, el padre de David.

“E hizo pasar Isaí siete hijos suyos delante de Samuel; pero Samuel dijo a Isaí: Jehová no ha elegido a éstos. Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí.”

David fue subestimado tanto por su padre como por sus hermanos que consideraron que él no reunía los requisitos para ser candidato a la corona real. Sin embargo Dios vió más allá de la apariencia de un “joven pastorcillo de ovejas”, vió su corazón.

¿Estás preocupado por tu apariencia? ¿Te han discriminado por causa de tu aspecto?

Ante los ojos de los hombres David era un insignificante “joven con olor a ovejas”. Sin embargo ante los ojos de Dios, David era un “hombre conforme a su corazón”. Quiero decirte que aunque muchas veces te juzguen mal o te menosprecien por tu aspecto, tu condición social, o por cualquier otra cosa, si aprendes a confiar en Dios, él se encargara de colocar cada cosa en su lugar. Dios ve más allá de tu aspecto, él ve tu corazón y te ama por lo que eres, no por la manera que te ves o te ven los demás. Bendiciones!!

lunes, 10 de noviembre de 2008

"Nuevas fuerzas"






“El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.” (Isaías 40: 29-31)


viernes, 7 de noviembre de 2008

El renegado
El día que llegué a mi trabajo con la moto, mis compañeros en tren de broma, empezaron a llamarme "el renegado", por el parecido que tenía mi moto con la que utilizaba el protagonista de una conocida serie televisiva.

Esto me llevó a pensar en el significado de esta palabra:
“Renegar significa negar o rechazar con insistencia una cosa, es protestar o refunfuñar continuamente”. Quiere decir que ser un “renegado” significa haber adoptado un estilo de vida.

Los “renegados” son aquellos que andan por la vida de una manera negativa, expresando constantemente malestar por un sin numero de cosas que les afecta. Algunos reniegan de su “suerte”, otros de las “circunstancias” de la vida, otros reniegan de su “familia”, otros por un “pasado” muy difícil, y la lista puede continuar. Ellos piensan que lo “malo” que les está sucediendo no lo merecen y que Dios debería hacer algo al respecto.

¿Renegado o Redimido?

La Biblia nos habla de un pueblo de “renegados” que Dios deseaba convertir en un pueblo de “redimidos”.

“Por tanto, dirás a los hijos de Israel: Yo soy JEHOVÁ; y yo os sacaré de debajo de las tareas pesadas de Egipto, y os libraré de su servidumbre, y os redimiré con brazo extendido, y con juicios grandes; y os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios; y vosotros sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto. Y os meteré en la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob; y yo os la daré por heredad. Yo JEHOVÁ.” (Éxodo 6:6-8)

Israel era el pueblo que Dios había liberado de la esclavitud. Su propósito era sacarlos de Egipto para introducirlos en la “buena tierra” que les había prometido para hacer de ellos una nación grande y poderosa. Sin embargo el viaje que debía durar pocos días se transformó en un penoso peregrinar por el desierto durante 40 largos años. La culpa no era de Dios, sin embargo se quejaron durante todo el camino. Salieron de la esclavitud de Egipto pero Egipto no había salido de sus corazones y continuaban con el mismo lenguaje… “la queja”.

La queja es el lenguaje de los esclavos, sin embargo los redimidos tienen otro lenguaje: "la alabanza".

Debido a la actitud negativa de aquella generación, Dios no les permitió entrar a poseer “la tierra prometida”. Sin embargo una nueva generación fue la que hizo posible la conquista… ¿Por qué? sencillamente “porque le creyeron a Dios”.
Lamentablemente todavía existen aquellos que a pesar de que Dios hizo cosas grandes en sus vidas terminan postrados en el desierto, a medio camino, por causa de no poder creer y confiar en el todopoderoso.

La “buena tierra” que Dios le prometió a Israel es figura de Cristo.

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” (Efesios 1:3)

Dios desea redimirnos y librarnos del “poder del Faraón” para que podamos entrar a poseer todas las bendiciones que se encuentran en Cristo, entonces nuestra “boca se llenará de risa y nuestra lengua de alabanza”.

¿Qué clase de vida deseas llevar? Deseas seguir siendo un “renegado” o quieres darle la oportunidad a Dios de hacer de ti un “redimido”. Bendiciones!!

jueves, 6 de noviembre de 2008

Volver a nacer


Era un hombre de reconocida reputación dentro de la sociedad y ese día tenia una reunión muy importante. Había repasado cada una de las palabras que emplearía para dar una buena impresión. Estaba todo planeado. Había elegido que la reunión se haga de noche para que nadie los moleste. O tal vez para que nadie se entere, ya que la persona con la que iba a encontrarse no gozaba del favor de aquellos que pertenecían a su círculo.
Al fin llego el momento, se produjo el encuentro tan anhelado pero después de decir las primeras palabras, del tan ensayado libreto, de repente todo cobro un giro inesperado.

El hombre de esta historia se llamaba Nicodemo y con quien se había encontrado era con Jesús de Nazaret.

“Una noche, un fariseo llamado Nicodemo, líder de los judíos, fue a visitar a Jesús y le dijo: Maestro, sabemos que Dios te ha enviado a enseñarnos, pues nadie podría hacer los milagros que tú haces si Dios no estuviera con él. Jesús le dijo: Te aseguro que si una persona no nace de nuevo no podrá ver el reino de Dios” (Juan 3: 1-21)

Las palabras de Nicodemo reunían todos los requisitos para un buen protocolo en una reunión tan importante, sin embargo Jesús le confronta rápidamente con su necesidad espiritual diciéndole: “Nicodemo si no naces de nuevo no podrás ver y menos entrar en el reino de Dios”.

Pobre Nicodemo estaba tan desorientado, el era un “maestro famoso en Israel” con relación a su religión, sin embargo había cosas que ignoraba por completo. Todos sus esfuerzos realizados hasta el momento para ser un buen religioso no eran el camino para ser aceptado en el reino de Dios.
Nicodemo debía nacer de nuevo. Los interrogantes seguían apareciendo en sus pensamientos entonces…

“Nicodemo le preguntó: ¿Cómo puede alguien ya viejo volver a nacer? ¿Acaso puede entrar otra vez en el vientre de su madre?”

Como maestro en Israel Nicodemo conocía perfectamente los recursos de utilizar ejemplos de la vida cotidiana para hacer entender aquellos conceptos que son abstractos, sin embargo ahora estaba tratando de interpretar en forma “literal” lo que Jesús trataba de hacerle entender en forma “figurada”.
Pero volver a nacer consiste sencillamente en creer y aceptar lo que Jesús hizo por nosotros en la cruz del calvario.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Juan 3: 16

Todavía no has nacido de nuevo? Recibe en tu corazón la vida que solamente podemos tener en Jesús, el dijo:
“De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.” Juan 5:24






miércoles, 5 de noviembre de 2008

Definitivamente...sin vueltas!!


Dejenme entrar !!! Laodicea era una pequeña congregación que regularmente tenía su servicio de adoración. Allí se cantaban hermosas canciones sobre el amor, el poder y la bondad de Dios entre cosas. Luego, el ministro se ponía en pie y comenzaba con la exposición del mensaje para ese día. Todo parecía desarrollarse normalmente y sin contratiempos. Sin embargo, al perecer, nadie escuchaba que a la puerta había alguien que golpeaba insistentemente para que lo dejaran entrar. Quien era ese extraño que llamaba y llamaba en medio del servicio? Acaso no se daba cuenta que podía interrumpir la predica del pastor?

Ese extraño era Jesús.

“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”. (Apocalipsis 3:20)

Es de entender que Jesús no siempre es muy bien recibido en algunos lugares. Los habitantes de una región llamada Gadara eran un ejemplo. Ellos le rogaron a Jesús que se fuera de allí, no lo querían ni cerca. Probablemente tenían sus razones. Jesús había liberado un hombre que se encontraba poseído por malos espíritus y estos al salir, entraron en un ato de cerdos que terminaron muertos al precipitarse al mar. Los gadarenos no consideraron el beneficio que había recibido aquel pobre hombre que por tanto tiempo se había convertido en el terror del lugar con sus gritos y lamentos, solo vieron que por la culpa de Jesús se quedaron sin cerdos.

No todos quieren a Jesús. Eso se comprende. Puede ser, que al igual que los gadarenos, sientan que Jesús representa una seria amenaza a sus propios intereses.

Pero que en la propia Iglesia Jesús deba estar golpeando la puerta para entrar es trágico.
Laodicea estaba en un estado de indiferencia y apatía espiritual. Su relación con Dios había perdido el fervor inicial y su cristianismo se había vuelto en un ritual externo y superficial. Decían amar a Dios pero era de la boca para afuera, su corazón se había cerrado tanto que dejaron a Jesús afuera.
A pesar de todo Jesús insistió en llamar, tal vez habría alguien que, entre las melodías entonadas en su honor, se de cuenta que a la puerta estaba él.

Aun hoy Jesús sigue llamando con el deseo de tener comunión con cada uno de nosotros, pero no lo dejemos afuera hagámoslo pasar….

Puedes, si lo deseas, hacer con tus propias palabras la siguiente oración:
- Querido Jesús no quiero ser indiferente a tu llamado, hoy te abro la puerta de mi corazón para que entres y lo llenes con tu maravillosa presencia. Amen.

martes, 4 de noviembre de 2008

El fundamento marca la diferencia


Hace unos años salió la noticia que un edificio se había derrumbado causando la muerte de una joven que en ese momento estaba en la planta baja. ¿Qué había pasado? Se buscaron las causas, se determinaron los responsables pero las consecuencias fueron irreversibles. Esto nos enseña que a la hora de edificar no se puede improvisar. Hay cálculos que realizar, los materiales a ser utilizados en la construcción deben ser los adecuados, etc.


La Biblia nos relata la historia de dos hombres, cada uno de ellos edificó una casa:

“Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca. Pero todo el que me oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa, y ésta se derrumbó, y grande fue su ruina.” (Mateo 7:24-27)

Probablemente utilizaron materiales de la misma calidad, y seguramente las dos casas se veían muy bonitas. ¿Cuál era entonces la diferencia? El fundamento. Uno edificó sobre la arena y el otro sobre la roca.

Tal vez uno de ellos tuvo más trabajo “…al construir una casa, cavó bien hondo y puso el cimiento sobre la roca.” (Lucas 6: 48) pero él había tomado una decisión: edificar su casa sobre un fundamento firme para que al venir la tormenta no se venga abajo.

Las tormentas, aunque no nos guste admitirlo vienen. De repente, sin previo aviso, se desata un temporal. La lluvia comienza a caer, entonces los ríos se desbordan, y los vientos comienzan a azotar “nuestra casa”.
Por eso muchas personas que desestimaron la importancia de edificar sus vidas sobre un cimiento solido, después de una tormenta se derrumban.

¿Qué podemos hacer entonces? Edificar sobre la roca. Dicho en otras palabras significa poner en práctica las enseñanzas de Jesús. No es suficiente con ir al templo, escuchar un buen sermón y seguir haciendo las mismas cosas de siempre.
Jesús nos sigue preguntando “¿Por qué me llaman ustedes - Señor, Señor, y no hacen lo que les digo? (Lucas 6: 46)
Cristo debe ser nuestro fundamento espiritual, sólo en él tenemos la seguridad de permanecer a pesar de las tormentas.

lunes, 3 de noviembre de 2008

A toda velocidad





Puede ser muy agradable andar a toda velocidad, pero también tiene sus riesgos. En la vida nos sucede que muchas veces andamos tan a prisa que nos perdemos los detalles. También nos puede pasar que de tan rápido que andamos seguimos de largo y terminamos perdidos y lejos del lugar donde queríamos llegar. ¿Cómo podemos evitar estas situaciones? Dios tiene la respuesta para nosotros:


"Así dice el Señor: Deténganse en los caminos y miren; pregunten por los senderos antiguos. Pregunten por el buen camino, y no se aparten de él. Así hallarán el descanso anhelado. Pero ellos dijeron: No lo seguiremos." (Jeremías 6:16) (Nueva Versión Internacional)



Antes de seguir imprudentemente por la carretera de la vida, Dios nos da cuatro consejos:



1. Detente!!


El mundo corre alocadamente y la gran mayoría ni siquiera sabe a donde va. Lo trágico será terminar irremediablemente en el lugar equivocado. Usa los frenos, no sigas sin dirección, sin un plan de ruta o terminaras totalmente extraviado.


“Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte.” (Proverbios 14:12)



2. Observa!!


Mirar, observar, considerar… nos puede brindar una perspectiva diferente de las cosas que si tan solamente andamos a las corridas. Dios desea que analicemos la situación y que consideremos las consecuencias de nuestras decisiones.



3. Pregunta!!


¿Cuál es el buen camino?


Nos preocupamos por saber tantas cosas sin embargo lo más importante a veces queda a un lado. El buen camino no es el más fácil, el más corto o el que más me gusta, sino el que me lleva a un buen destino.
Quiero decirte que Dios tiene un buen destino para ti, y quiere mostrarte el camino:


“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14: 6)

Se dice que “todos los caminos conducen a Roma” pero al cielo hay uno sólo y se llama Jesucristo”.

4. No te apartes.


Con saber cual es el buen camino no es suficiente, debemos transitarlo sin apartarnos de él.



Pero… El hombre siempre tiene un pero. Muchos se detienen, miran, preguntan y a la hora de tomar una decisión se justifican detrás de un pero. Esta todo bien, pero....“No lo seguiremos.”



Muchas veces nuestro orgullo nos impide aceptar la ayuda y la guía de Dios. “No necesito, yo estoy bien así”. Esta es la voz de nuestra autosuficiencia y es nuestra mayor limitación pensar que lo podemos lograr por nuestra cuenta.


Tal vez nos sintamos tentados en pensar "yo soy libre de hacer lo que me parece" pero tener licencia de conducir no quiere decir que podamos transgredir las normas de transito…Cuidado con el exceso de velocidad, porque te puede sacar del camino.