martes, 4 de noviembre de 2008

El fundamento marca la diferencia


Hace unos años salió la noticia que un edificio se había derrumbado causando la muerte de una joven que en ese momento estaba en la planta baja. ¿Qué había pasado? Se buscaron las causas, se determinaron los responsables pero las consecuencias fueron irreversibles. Esto nos enseña que a la hora de edificar no se puede improvisar. Hay cálculos que realizar, los materiales a ser utilizados en la construcción deben ser los adecuados, etc.


La Biblia nos relata la historia de dos hombres, cada uno de ellos edificó una casa:

“Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca. Pero todo el que me oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa, y ésta se derrumbó, y grande fue su ruina.” (Mateo 7:24-27)

Probablemente utilizaron materiales de la misma calidad, y seguramente las dos casas se veían muy bonitas. ¿Cuál era entonces la diferencia? El fundamento. Uno edificó sobre la arena y el otro sobre la roca.

Tal vez uno de ellos tuvo más trabajo “…al construir una casa, cavó bien hondo y puso el cimiento sobre la roca.” (Lucas 6: 48) pero él había tomado una decisión: edificar su casa sobre un fundamento firme para que al venir la tormenta no se venga abajo.

Las tormentas, aunque no nos guste admitirlo vienen. De repente, sin previo aviso, se desata un temporal. La lluvia comienza a caer, entonces los ríos se desbordan, y los vientos comienzan a azotar “nuestra casa”.
Por eso muchas personas que desestimaron la importancia de edificar sus vidas sobre un cimiento solido, después de una tormenta se derrumban.

¿Qué podemos hacer entonces? Edificar sobre la roca. Dicho en otras palabras significa poner en práctica las enseñanzas de Jesús. No es suficiente con ir al templo, escuchar un buen sermón y seguir haciendo las mismas cosas de siempre.
Jesús nos sigue preguntando “¿Por qué me llaman ustedes - Señor, Señor, y no hacen lo que les digo? (Lucas 6: 46)
Cristo debe ser nuestro fundamento espiritual, sólo en él tenemos la seguridad de permanecer a pesar de las tormentas.

2 comentarios:

Andriuw dijo...

Verdad hay en vuestro artículo, muchos edifican por edificar y se olvidan de que Jesus está en nuestras vidas como la roca viva. Gracias por el material

Sin vuelta dijo...

Gracias Andres por tu comentario y espero que sigas adelante con tu ministerio. Bendiciones!!