viernes, 25 de septiembre de 2009

Al Dios no conocido

Vivimos en un tiempo en que tenemos mucha información pero poco conocimiento. Muchos creen en la existencia de Dios porque poseen cierta "información" acerca de Él, pero sin embargo no lo conocen personalmente.

Según algunas estadísticas el 90% de la población en el mundo , de una o de otra manera, creen en la existencia de un ser superior llamado Dios; sin embargo una gran parte de estos creyentes no lo conocen.

Adoradores de un Dios desconocido
La Biblia nos relata la ocasión en que el apóstol Pablo se encontraba en Atenas predicando el Evangelio de Jesucristo a sus habitantes. Los griegos no sólo se jactaban de ser los intelectuales de la época sino también de ser muy religiosos, al punto de que entre la innumerable cantidad de dioses que poseían había uno con una inscripción que decía al “Dios no conocido”.

“Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio.” (Hechos 17:22-23)

Pablo pudo ver más allá de la aparente erudición de los atenienses y de su fervor religioso, vio la gran necesidad espiritual en que se encontraban. Necesitaban conocer a Dios.
En la actualidad las cosas no son muy diferentes. Es innumerable la cantidad de religiones que existen en el mundo y cada una de ellas, trata de dar respuestas a las necesidades espirituales de sus fieles, brindadoles una gran cantidad de información, sin embargo son muchos los que siguen adorando al "Dios no conocido".

Verdaderos adoradores
Alguien dijo que Dios no busca “adoración” El busca “adoradores”. Esta verdad es la que Jesús le expreso a una mujer Samaritana.

“Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren." (Juan 4: 21-24)

Esta mujer profesaba una religión sin conocer a Dios en espíritu y en verdad. Sin embargo se encontró con Jesús y todo cambio.

De oídas te había oído
La Biblia nos relata la historia de Job. Este hombre llevaba una vida piadosa y tenía buena reputación no sólo entre los hombres sino también ante Dios.
Sin embargo y después de haber atravesado circunstancias muy difíciles, Job admite que mucho de lo que sabía de Dios era lo que había escuchado pero no las había experimentado de manera personal.

“Respondió Job a Jehová, y dijo: Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti.
¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y hablaré; te preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven.” (Job 42:1-5)

El camino para conocer a Dios

Dios desea que podamos conocerle pero la única manera de hacerlo es a través de Jesucristo. No hay otro camino, no hay otra verdad, no hay otro medio.


“Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?” (Juan 14: 6-9)


El conocimiento de Dios es la gloria del hombre
Vivimos en una sociedad en que el éxito se mide en términos de habilidades, posesiones o grado académico de una persona, sin embargo Dios se agrada de aquel que lo conoce.

“Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.” (Jeremías 9: 23-24)


Conocer para confiar y confiar para conocer
Es necedad confiar en lo que no se conoce, pero es imposible no confiar en Dios cuando lo llegamos a conocer.

“En ti confiarán los que conocen tu nombre, Por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron.” (Salmos 9:10)

¿Conoces tú a Dios? ¿Has experimentado su poder? Este es el tiempo de Dios para ti, entrégale tu vida y permite que el Espíritu Santo te llene de su presencia, conoceras a Dios en forma personal y entonces podras adorarlo en espíritu y en verdad.

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